domingo, 18 de mayo de 2014

10 céntimos

Hace un par de viernes me llamó un amigo y me dijo que me recogería para llevarme al trabajo, no tengo un horario fijo de entrada pero por auto-responsabilidad siempre llego antes de las 4:00 pm. Alejandro prometió recogerme a las 3:00 pm para al menos tener una hora de conversa. Ese día llegué de la universidad a la 1:50 pm y al saber que vería a este chico de perfume delicioso, decidí que tenía que ponerme guapa (o al menos intentarlo), hice todo súper rápido pero ni así me alcanzó tiempo para almorzar, eran 2:55 y mentí en casa diciendo que comería en el trabajo. Ya estando fuera, llamé a mi apuesto amigo y le pregunté por dónde estaba, y triste fue mi sorpresa cuando me dijo que aún estaba lejos y que con suerte llegaría  a las 4:00, era un hecho, me estaba cancelando. 

En mi desesperación por arreglarme rápido olvidé sacar mi billetera y ya no podía regresar a casa porque ya había pasado mucho tiempo afuera y no quería que sospechen sobre mi mentira. Metí la mano a un bolsillito de mi cartera y me alegré porque sentí monedas grandes, al menos habían 3 soles asegurados, dinero suficiente para tomar una combi y llegar a la chamba, pero oh! Tengo hambre, necesito lo que sea, y recordé que en el mercado de por mi casa venden Menú, fui sin pensarlo y llegando al restaurante conté mis monedas y tenía 4.90. Los precios del menú variaban entre 5.0, 7.0 y 8.0. 


Fue en ese momento en que maldije los miles de momentos en los que tenía 10 céntimos y los dejaba o botaba porque no importaba nada, pensaba en la botella de Gatorade repleta de monedas de 5 y 1 céntimos que tengo en el librero de mi cuarto. Pensaba en qué podría hacer, en las posibilidades que tenía, en que si me funcionaría pedir el menú de 5.0 y luego de pedirlo hacerme la sorprendida y mortificada por faltarme solo 10 céntimos para pagarlo y que la cajera me dijera "no se preocupe señorita", no tuve moral para hacer eso. Seguí caminando por el Mercado de Pro y me crucé con una señora que vendía frunas y caramelos de limón con su niño en brazos y una caja vacía de Chiclets con un montón de 'ripio' y de repente me vino a la mente decirle "señora, durante casi 10 años habré donado cientos de soles a su causa, pero esta vez solo necesito 10 céntimos" pero sentí que era demasiado ilusa y estúpida como para animarme a hacer y decir algo así. 

Entonces mi falta de valor e ingenio en el momento me condenaron a irme del lugar con hambre, ya era tarde y tenía que ir al trabajo; mis 4.90 no me alcanzaban ni para el taxi, los muy abusivos me querían cobrar 6 soles por manejar menos de 15 minutos. En eso que caminaba hacia el paradero encontré a mi amiga Roxana que tenía una bolsa de mandarinas, me invitó 2 y me moría de vergüenza de pedirle plata, en realidad, pedirle 10 céntimos, pero lo hice y me dijo que no tenía pero que me prestaba 5 soles, se lo agradecí mucho pero en mi estupidez le dije, solo préstame un sol y le di de vuelto 4. Me dijo que normal, y nos despedimos. 

Ahora tenía 5.90, otra vez ni para el taxi. Me cuestioné mucho el por qué no le recibí todo a Rox, pero ya qué! Tomaré taxi y al llegar retomaré mi plan inicial de hacerme la sorprendida, es más, le haré el habla al taxista para caerle bien y no se moleste tanto al llegar. A unas cuadras de llegar le expliqué al señor de los 10 céntimos faltantes y me dijo que no había problema, perfecto el plan funcionó- pensé, pero ahí no acabó todo, llegamos a mi trabajo, le pagué al taxista y me dijo, "señorita estos 5 son falsos". Mierda. 

14 comentarios:

  1. jajajaja me muero! Toda una travesía para que al final pase esooooooo!!!
    Me encantó el relato!
    Me gusta el título del blog también :)

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    1. Gracias Marité :) Me he alejado un poco de la blogósfera pero siempre me pongo al día con tu blog. Besos.

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  2. Jajajaja, tu amiga lo sabía. Si era así, bórrala de tu lista de amigas. Una vez mi cuñado me dio vuelto 20 lucas y me olvidé, cuando me metí al banco a pagar me dijeron que ese billete era falso y me querían hacer firmar un papel al cual me negué porque yo también había sido víctima.
    Nunca me ha gustado andar a las justas, siempre que salgo debo tener dinero en el bolsillo sino, no salgo. Es una filosofía de mi madre; pero de todas maneras eso no me ha librado que también he tenido mis días de misio total.
    En tu caso solo te quedaba entrar a la chamba, pedir prestado y pagarle al taxista. Eso es lo que hacen personas acá en el trabajo. A veces una amiga me llama por celular para que la espere abajo y le preste para pagar el taxi (lo ha hecho un par de veces y más porque no tenía sencillo).

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    1. Bueno, el verdadero final es este: Volví a meter la mano al bolsillito de monedas y lo que creí que era un papelito envuelto, en realidad era un billete de 50 soles que no recordaba haberlos guardado ahí. Eso sí me llegó!

      Sobre Rox, no la volví a llamar y nunca la agregué a FB, así que la agregaré y la eliminaré para demostrarle mi desprecio porque ni su cel tengo :(

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  3. Hola Geraldine. Después de tiempo, paso por acá. Que mala suerte pero esa amiga es para ponerle la cruz. Siempre hay que salir con alguito más de plata por si acaso, pero nunca faltan este tipo de situaciones.

    Un gran abrazo.

    LUCHO

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    1. Ay si Luchito ni mas con Rox :(

      Ando sin tiempo para escribir ni para leer pero ya sabes que cuando me doy tiempo te comento todo (o casi todo) jeje. Besos!

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    2. Hola de nuevo Geraldine.

      Mas bien, hasta ahora estoy esperando tu saludo en el post de aniversario de mi blog. El pasado lunes 19 mi blog cumplió 5 años de vida y me pareció raro no leer comentario tuyo alguno. Hummmm, jalón de orejas para tí, je je..

      Bueno, te mando un abrazo muy grande.

      LUCHO

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    3. Soy de lo peor :( porfa dame unos días, te prometo que de esta semana no pasa, LO PROMETO!!!

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    4. Si no mandas tu saludo, Lucho no te va a invitar a la cena que va a celebrar por su quinto aniversario (tal como mandan las leyes de la blogósfera).

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  4. Para tu información, las monedas falsas las puedes usar en las máquinas recargadoras del Metropolitano.

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  5. Jajajaja.... muero con ese miedo de olvidar la cartera....
    en alguna ocasión la olvide y sentía que me faltaba un pedazo de mi

    Su.

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    1. Bienvenida Susu y gracias por comentar, pues sí, es una vaina olvidar la billetera :/

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